sábado, 30 de marzo de 2013

Feliz Pascua de Resurrección


Un año más la liturgia de la Vigilia Pascual nos lo anuncia, "No está aquí. Ha resucitado" (Lc 24, 5b-6). Tras el invierno siempre llega la primavera. Con la resurrección de Jesús, la Vida ha vencido definitivamente a la muerte. El amor ha vencido a la muerte, y nos invita a comprometernos definitivamente, a arriesgar.
Es el crucificado el que ha resucitado y confiamos verlo en nuestras Galileas, en medio de la vida cotidiana, en la periferia, allí seguirmos compartiendo la vida y la misión.
Feliz Pascua de Resurrección

viernes, 29 de marzo de 2013

Con los crucificados de la Historia...


Celebramos hoy el Viernes Santo, y nos unimos a tantos crucificados que siguen sufriendo en el día de hoy en nuestros días. Jesús no muere en la cruz por iniciativa propia, es su compromiso, y una visión especial de Dios la que le lleva irremediablemente a morir en la cruz, pero éste no era su deseo si bien no renuncia a él.

La cruz de Jesús sigue haciéndose presente en la vida de tantos hombres y mujeres que siguen sufriendo la injusticia. Cuando hoy adoremos la cruz estaremos también reconociendo que el mal en ocasiones sigue actuando, pero no lo olvidemos su victoria no es definitiva.

Os dejo la siguiente canción de Cristóbal Fones que nos puede ayudar a vivir el día de hoy.


¡Feliz día!

jueves, 28 de marzo de 2013

Feliz Jueves Santo



Es un día hoy de Fiesta en la Liturgia Católica, las vestiduras del sacerdote son las propias de los días Pascuales, de color blanco, que simboliza alegría y paz. Celebramos hoy el día del Amor Fraterno.

El Jueves Santo rememoramos en cada una de las celebraciones litúrgicas el amor que nos ha tenido Dios, tanto que nos entregó a su Hijo único, que con su encarnación ha hecho todo sagrado. Me fascina y me cuesta expresar con palabras el amor que Dios nos tiene, Dios nos quiere de forma gratuita; la mirada con la que Dios nos mira es distinta a la mirada del mundo, Dios es tan bondadoso que no condiciona su acción a un determinado comportamiento por nuestra parte, nos quiere con un amor apasionado, generoso y gratuito.

La vida de Jesús es muestra de este amor, Jesús dirá la Escritura que "pasó haciendo el bien". En el culmen de su vida, y celebrando la Pascua con sus amigos y amigas. Jesús nos mostró el camino de la verdadera Pascua: el servicio. Jesús tomó la jofaina, se arrodilló y lavó los pies a sus discípulos, Jesús adopta el papel del sirviente de la casa, y su intervención posterior no deja lugar a dudas: si yo soy el Maestro y Señor y os he lavado los pies, vosotros debéis hacer lo mismo. En ese mismo lugar, Jesús instauró el sacramento de la Eucaristía.

La Eucaristía es el sacramento que nos permite celebrar la nueva Pascua instaurada por Jesús, sueño en la vida como una gran Eucaristía, una mesa donde todos tengan su lugar a causa de ser hijos e hijas de Dios. La Eucaristía nos hace a nosotros también templos vivos, y nos invita a ser también sacramento allá donde estemos.

La experiencia me dice que este es el camino de la felicidad, que es cierto el Evangelio que dice que hay mayor alegría en dar que en recibir, que las experiencias de servicio de entrega se convierten en momentos dichosos. Sin embargo, no siempre es fácil mantenernos en esa tensión...

En el día de hoy deseo vivir una Santa Pascua, de verdadera conversión. Tener los mismos sentimientos que tuvo Jesús y que provienen sin duda de una relación profunda con el Padre. Me siento llamado a esa contemplación que me lance a lo cotidiano, que me lleve a servir y amar con la misma pasión con la que Dios nos ama. 


Feliz día

jueves, 14 de marzo de 2013

Agradecido y contento...


El día de hoy ha sido intenso. La tarde la he dedicado a impartir 6 horas de actividades prácticas correspondientes a la asignatura Estructuras y Construcciones. Me enteré que teníamos nuevo Papa en el intermedio de una de ellas, el Twitter afirmaba que la fumata era blanca y una amiga, Granada del Barco, me enviaba el sonido de las campanas de la Catedral que repicaban de alegría por el nuevo papa.
Todo cambia muy rápido, tan sólo ocho años atrás nos resultaría imposible poder seguir las noticias en tiempo real.

Recibo la noticia del nombramiento de Francisco trabajando, en lo cotidiano, en lo sencillo, en lo que hago día a día. Quizás esta es una de las cosas que he aprendido de la Acción Católica y que es muy propio de la espiritualidad ignaciana, descubrir a Dios que está presente en lo pequeño y débil. La realidad como espacio privilegiado y único para el encuentro de Dios. A nuestro Dios no lo podemos encerrar en un templo, ni en una ciudad, está donde quiere y quizás esa presencia nos desconcierta, pero a la vez llena de emoción cada instante de nuestras vidas.
El nombramiento de Francisco, como nuevo Obispo de Roma lo recibo con gran alegría y esperanza. Había escuchado referencias suyas, y la verdad es que parecía un sueño que una persona como él alcanzara un puesto tan importante en nuestra Iglesia. Parece una persona humilde, los periodistas remarcan que le gusta ser austero, que vive en un piso y no en el Palacio Arzobispal, que utilizaba el transporte público. Lo que debiera ser normal desgraciadamente es noticia. El nombre que ha elegido, ya nos lo explicará él, pudiera estar relacionado con Francisco de Asís. En la tradición católica los nombres pretenden poner a la persona bajo la advocación de una persona santa a la que profesas gran veneración.
Sus primera aparición y sus primeras palabras sin duda muestran su carácter apacible y conciliador, su preocupación por toda la humanidad, y su humildad al pedirnos a todos que recemos por él.
Por ello no puedo dejar pasar el día de hoy de dar las gracias por la Iglesia y por su persona. Y pedir que le ayude en la difícil tarea que tiene en la tarea del Gobierno de la Iglesia.
Termino el día como empezaba la tarde pidiendo al Señor que nos dé pastores según su corazón

lunes, 11 de marzo de 2013

Carta al Cónclave


En estos días, una página web a la que sigo proponían enviar una carta abierta al Cónclave. Aquí va la mía. ¡¡Confiamos!!

Estimados cardenales,
Sé que se encuentran en vísperas de encerrarse bajo llave, que eso significa cónclave. No obstante, me atrevo a escribirles esta carta abierta, con los deseos de un cristiano mantiene la esperanza.
Estamos claramente ante un cambio de época. Hoy más que nunca, hace falta que nuestra Iglesia vuelva los ojos a Jesús y a su Evangelio. Nuestro mundo necesita de la Buena Noticia de Jesús, necesitamos poner nuestros ojos en Él y ver en su rostro el rostro de un Dios “Abba” que nos ama con infinita misericordia.
Vivimos en un mundo donde la pobreza nos sobrecoge a todos. Con las Tecnologías de la Información de la Comunicación somos conscientes de la situación en la que viven gran parte de la población mundial.  Esta realidad afecta de forma violenta a los países del Sur y de forma incipiente la observamos en el Norte desarrollado. Necesitamos que el mensaje de la Buena Noticia llegue de forma preferencial a los que más lo necesitan, que nuestra Iglesia siga estando al lado de los más pobres; y que los cristianos experimentemos la necesidad de compartir cotidianamente aquello que tenemos.
Les escribo desde la Universidad, como cristiano inmerso en el medio universitario considero fundamental el diálogo. Me siento seducido por la persona de Jesús, que dialogaba con todos y de forma especial con aquellos que estaban más lejos de los estándares religiosos de la época. Creo que el encuentro, en igualdad de condiciones con otros actores supone un reto fundamental al que nos enfrentamos en el momento actual.
Me despido de todos ustedes, confío en que podrán escuchar el susurro del Espíritu. Mientras, el resto de la comunidad creyente, seguiremos rezando por ustedes.
Afectuosamente

domingo, 10 de marzo de 2013

La parábola del Padre bueno


La liturgia de la Palabra del día de hoy, trae a nuestras celebraciones dominicales la parábola del Padre bueno. Cuando los fariseos y escribas de la época de Jesús ponían en cuestión que comía con pecadores y publicanos, Jesús les sorprende con esta parábola. Sin duda, Jesús ponía en cuestión el orden pre-establecido. A nosotros, aun en nuestros días, nos debería llamar la atención la misericordia de este Padre que perdona de forma incondicional a su hijo.
O quizás no debiera sorprendernos, porque quizás ya hemos experimentado esa misma misericordia con la que nos ama y acompaña en medio de la limitación y el pecado. En la segunda proclamación de la lectura en Rezando Voy proponían ponernos en el papel del hijo pequeño. Supone un ejercicio fantástico, porque seguro que nos vemos reflejados en tantas ocasiones en las que nos hemos sentido perdonados por los otros y de forma especial por Dios.
Hoy vivimos, una vez más la invitación a convertirnos de corazón, a contemplar el rostro de Dios que se nos desvela en Jesucristo y que transformados por Él vivamos en medio de nuestro mundo.
Feliz semana