martes, 17 de diciembre de 2013

La ALEGRÍA de una universidad que sirve

Mi estancia en Nicaragua ha sido posible gracias a una beca que me ha concedió la Asociación Universitaria de Postgrado y que estaba financiada por la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Cuando recibí el correo electrónico de la Vicerrectora de Relaciones Internacionales en el que anunciaba la existencia de estas becas, sentí que deseaba conocer una de las Universidades Centroamericanas, bien la de El Salvador o bien la de Nicaragua.

Finalmente fue la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua la que me posibilitó una carta de invitación y con ella pude solicitar la beca.
La decisión de conocer una universidad como la UCA viene gestándose desde hace mucho tiempo. Mi estancia en la universidad como estudiante, me ayudó a intuir cuál era el sentido último el fin de la universidad. He tenido oportunidad de profundizar en estas cuestiones, en el Bien Interno de la Universidad en mi grupo de Profesionales Cristianos, en el Grupo de Innovación Didáctica “Ética del Profesorado Universitario”. En estos espacios he descubierto que la Universidad debe tener una mirada universal, debe orientarse hacia toda la humanidad y de forma especial hacia aquellos que más lo necesitan. Se trata en palabras de José Juan Romero, un jesuita al que conocí en la UCA, de una atalaya desde donde se puede contemplar la realidad para mejor servirla.

Las UCAs han sido siempre referentes de ese compromiso social y quería conocer de primera mano cuál era su trabajo y su implicación en la realidad. Ya en su momento, Ignacio Ellacuría mencionaba que la función de la Universidad consistía en el "estudio de aquellas estructuras, que por ser estructuras, condicionan para bien o para mal la vida de todos los ciudadanos. Debiendo analizarlas críticamente, contribuir universitariamente a la denuncia y destrucción de las injustas, debiendo crear modelos nuevos para que la sociedad... pueda ponerlos en marcha."

La experiencia ha sido profundamente provechosa, una constante a lo largo del viaje ha sido la acogida personal de mucha gente. En la Universidad he encontrado una comunidad, la Facultad de Ciencia Tecnología y Ambiente que me ha recibido con los brazos abiertos. Es un placer llegar a un contexto distinto, y que las personas te acojan tan bien, comprobar lo mucho que hay en común y todo aquello que nos une por tener la misma profesión. Han estado dispuestos a programar múltiples actividades para dar cobertura y contenido a la estancia, en base a este trabajo mutuo hemos podido conocernos, analizar las semejanzas y diferencias, aprender mutuamente del camino ya recorrido por ambas instituciones.
La UCA de Nicaragua es una institución compleja inserta en una realidad social complicada. Se trata de una institución privada, confiada a la Compañía de Jesús, que cuenta con una cierta financiación aportada por el erario público. Tiene un número muy importante de titulaciones tanto en el grado como en el posgrado, en su seno hay diversos institutos de investigación, algunos de ellos tienen una experiencia muy dilatada.
Muchas son las cosas que he aprendido en la convivencia cotidiana. El plan estratégico, recientemente aprobado, tiene un carácter social muy marcado, busca en todo momento la mejora de las condiciones de vida de las personas del país: que los estudiantes que se formen en las aulas, que las investigaciones que se desarrollen en los laboratorio estén al servicio de la promoción humana.
Son varios los medios para conseguir estos fines. De una forma especial me gustaría destacar la existencia de los institutos de investigación. Se trata de centros de investigación que tienen como objetivo proporcionar soluciones a los problemas reales de la gente. Tuve la oportunidad de visitar alguno de ellos: 


  • El Instituto de Acción Social Juan XXIII, con una larga trayectoria, actualmente tiene como misión proporcionar un acceso real de agua potable y saneamiento a comunidades rurales, que las personas puedan acceder con más facilidad a los medicamentos y que aquellos más vulnerables puedan acceder al derecho a la vivienda. Resulta bonito conocer de primera mano cómo los procesos iniciados hace ya tiempo, actualmente se mantienen, como la gestión del agua es llevada por las propias comunidades de forma sostenible garantizando cuestiones como el mantenimiento. 
  • El Nitlaplan es un centro de investigación especializado en la creación y difusión de conocimiento que pueda ser utilizado en el entorno local, rural y urbano; una investigación que acompaña a las Pequeñas y Medianas Empresas, muchas de ellas ligadas al sector primario y que crean tanto trabajo, se trata de poner el conocimiento en manos de aquellos que lo necesitan. 
  • El CIDEA (Centro de Investigación y Desarrollo Ambiental), estaba ubicado parcialmente en mi lugar de trabajo en la UCA, y se encargaba de dar cobertura tecnológica a empresas pesqueras, a favorecer la capacitación de sus trabajadores.
  • Aunque me quedara más lejos científicamente, también tuve oportunidad de conocer el Instituto de Historia de Centroamérica y Nicaragua, se encarga de mantener el legado histórico de la región posibilitando el análisis y el estudio en esta disciplina. Pude visitar su amplísima biblioteca, mediateca y su archivo fotográfico. Llama la atención que personas del más amplio espectro ideológico hayan cedido sus archivos y sus fondos a este instituto confiando en su dilatada experiencia.
Otra de las cuestiones que llaman la atención es la Dirección de Servicio Social. El campus está lleno de mensajes que invitan a la transformación social, he encontrado magníficos eslóganes en los numerosos bancos instalados en el Campus: "Se necesita saber más para transformar la realidad que para rendir en un examen", "Aprender sirve, servir enseña". Además, se planifican desde el Servicio Social de la UCA, actividades de aprendizaje-servicio que se desarrollan en las distintas asignaturas, de esta forma los estudiantes y los profesores toman conciencia de la realidad social de su país y de forma particular de la población más desfavorecida. 

La UCA es una institución que presta muchos servicios a la sociedad, en el gabinete de atención psicológica atienden a personas que no podrían contratar este servicio, se realizan capacitaciones para personal de la administración pública, durante mi estancia coincidí en la Casa de Protocolo con profesionales sanitarios que procedían del entorno rural y que venían a formarse a la UCA, sus puertas están abiertas a cursos de idiomas, actos públicos de muy diversa índole.
Como institución humana, también tiene sus sombras, pero como dice el Evangelio, dejemoslas para la siega donde se separará el trigo y la cizaña.
La UCA es una universidad que sirve, en ella se puede decir aquello que mandó anunciar Jesús a Juan el Bautista que los que no sabían leer y escribir han aprendido a firmar, que el campesino que no sabía cómo financiar su proyecto ha conseguido soporte técnico y económico, y que a los pobres se les promociona y se les anuncia la Buena Noticia. Sin duda un motivo para la alegría y la esperanza.


1 comentario:

Álvaro Mota Medina dijo...

¡Cuánta abundancia y riqueza en tus palabras, en la experiencia y en los pasos recorridos hasta llegar allí! ¡Enhorabuena! Con referentes como tú el horizonte siempre se muestra ilusionante y esperanzado.

Un abrazo.