Según nos narra el Evangelio de Mateo, el único que hace referencia a la Epifanía, los Reyes se dejaron llevar por la estrella, y postrándose le ofrecerieron oro, incienso y mirra (cfr Mt 2, 10-11). El año pasado hablamos de la estrella y de todas las personas que eran estrella para nosotros. Mañana muchos de nosotros nos intercambiaremos regalos, pero no podemos olvidar una frase que este año ha utilizado una importante compañía aeronaútica: "El mejor regalo eres tú".
Aunque suene a tópica, considero que es importante pensar qué estamos dipuestos a ofrecer al niño que celebramos en estos días; y cómo no, a reconocer el inmenso regalo que supone vivir con las personas más cercanas, recordando que las cosas realmente importante tienen un elevado valor pero no un precio. A todos vosotros, al Padre, gracias, sois el mejor regalo que puedo recibir.
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