jueves, 1 de noviembre de 2012

Elogio a la bondad... o cómo celebrar la santidad

Gente Sonriente de María Burgaz

Vivimos en una sociedad en la que todo nos parece bueno. Poco a poco, y de forma sibilina, una idea ha inoculado en cada uno de nosotros: "todo lo que es posible y realizable es bueno". No soy de las personas que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor; es más, vivo con la esperanza de que cualquier tiempo futuro será mejor, que las generaciones futuras serán mejores que la de sus padres y que los estudiantes muy pronto superarán a sus maestros.
Hablando desde la experiencia, todos hemos tenido la oportunidad de vivir con personas que citando a Machado son "en el buen sentido de la palabra," buenas. Todos hemos experimentado la tremenda felicidad que se disfruta cuando convivimos con estas personas, nos hacen la vida más dichosa, fácil, agradable... Seguro que también hemos experimentado el gozo de la entrega, la felicidad cuando aquello que hacemos hace bien en otros y en nosotros mismos, vemos como nuestra vida da lo mejor de sí, y disfrutamos al máximo de nuestra existencia.
En una sociedad como la nuestra, resulta fundamental hacer un elogio a toda esa bondad que hay en el mundo, hace falta descubrirla y anunciarla, en los gestos sencillos y en las hazañas heroicas.
Resulta fundamental discriminar entre lo bueno y lo malo, discernir ante aquello que pretendemos hacer, y no por situarnos ante el mundo desde el juicio, sino como el único camino de llegar a ser felicices.
En un día como hoy, donde la Iglesia Católica, celebra la festividad de todos los santos, celebro la dicha y el placer de compartir la vida con tantas personas buenas, santas... Personas que me ayudan a vivir mi vida en profundidad, que son capaces de entregar lo mejor de sí en pos de los demás, por todos ellos doy gracias a Dios al que pido la gracia de que nos conceda, como rezamos en el Padre nuestro, "librarnos del mal".
Disfrutad del día.

1 comentario:

Pepe Moreno Losada dijo...

Fue mi inspiración para la homilía...