"Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir»"
Mc 12, 41-44
El Evangelio del día de hoy muestra nos muestra una imagen sorprendente, seguro que las palabras de Jesús causaron sorpresa en sus discípulos. ¿Cómo es posible que una viuda pobre que tan sólo ha echado dos monedas en el arca sea la que a sus ojos más ha echado?. Podríamos hablar mucho en el día de hoy de la entrega, de la generosidad. Pero aquello que me sorprende más es la mirada de Jesús.
El Evangelio está lleno de intervalos oscuros, cuando nos parece una cosa realmente ocurre otra, así el padre bueno recibe con cariño al hijo que abandonó el hogar y se gastó en vida la herencia, el pastor deja a las 99 ovejas y se va en busca de la oveja perdida. Jesús se preocupó de que sus discípulos tuvieran una mirada distinta.
Una buena amiga siempre dice que el Evangelio, el conocimiento interno de Jesucristo es similar a usar unas gafas, que cuando uno las necesita y se las pone la primera vez, no puede volver a salir sin ellas, ha sentido el placer de comprobar en su totalidad la realidad y se niega a volver de nuevo a la ceguera, seguir a Jesús conlleva ver la vida de una forma totalmente distinta, eso es un verdadero misterio.
El pasado viernes celebramos en la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura unas Jornadas de Ética y Universidad, tuvimos la suerte de que nos acompañara Mª Luz Ortega, experta en Educación para el Desarrollo. Me fascina su esfuerzo por invitar al compromiso, y su tarea en hacer ver a los universitarios de ETEA , que se preparan para el mundo de la empresa, y a la sociedad civil en general que mucha gente vive en una situación injusta. En ella, veo a tanta gente que me ha ayudado a educar la mirada, y les pongo nombres, y me siento muy agradecido, porque junto a buenos amigos, descubro una realidad que fascina, ilusiona, a veces entristece, pero que en todo se ve tocada por ese Dios que nos ama.
En el día de hoy me gustaría pedirle al Padre que nos conceda su mirada, que sepamos contemplar la realidad desde los ojos de Jesús huyendo de una observación superficial, de la crítica fácil. Le pido que en mi compromiso profesional y eclesial, también pueda ayudar a otros; que aquellos que lo deseen, aprendan a mirar el mundo desde otro punto de vista, que no tiene por qué ser el mío, pero que en palabras de Mª Luz, al menos sea el suyo.
Feliz semana